lunes, febrero 22, 2010

Por qué todos detestamos perder


Imagínese que le proponen una apuesta al tiro de una moneda en la que, si yerra en la elección, pierde $100. Para decidirse a participar, ¿cuál sería la mínima ganancia que usted desearía?

Las respuestas en general se ubican entre los $ 200 y los $ 250, lo que implica un ratio alto de ganancias sobre las pérdidas.

Es decir que existe una asimetría entre lo que la gente está dispuesta a ganar y a perder de aproximadamente 2,5 veces.

Por lo tanto, se puede inferir que:

A LA GENTE LE DUELE 2,5 VECES MÁS PERDER $ 100 DE LO QUE LA SATISFACE GANAR $ 100.

Por consiguiente, es imprescindible desactivar internamente este mecanismo de obstinación para no ser víctimas de nuestra propia torpeza. Sufrir una pequeña pérdida a tiempo, aunque parezca dolorosa, suele evitar un colapso mayor.

Marcelo Elbaum ('Hombre Rico, Hombre Pobre')

martes, febrero 09, 2010

Sobre los Paradigmas (I)


Permítame compartir con usted una historia real que comenzó en 1968 y que ilustra por qué necesitamos aprender cómo explorar el futuro.
En 1968 usted habría esperado la misma respuesta de toda persona a quien se le hubiera formulado la siguiente pregunta:
¿Qué nación dominará en 1990 la fabricación mundial de relojes?
La respuesta es obvia: Suiza.
¿Por qué? Porque Suiza había dominado el mundo de la fabricación de relojes durante los últimos sesenta años. Los suizos hacían los mejores relojes del mundo. Todo aquel que quisiera un buen reloj, un reloj exacto, adquiría un reloj suizo.
Los suizos estaban perfeccionando sus relojes constantemente. Ellos habían inventado las manecillas para los minutos y los segundos. Ellos encabezaban la investigación para descubrir mejores maneras para fabricar los engranajes, los ejes y los resortes de los relojes modernos. Eran los pioneros de la investigación de la fabricación de relojes a prueba de agua. Pusieron en el mercado los mejores relojes de cuerda. Los suizos eran innovadores constantes.
Lo que trato de indicar es que los suizos no se durmieron precisamente sobre los laureles. Ellos trabajaban continuamente en la fabricación de mejores relojes.
En 1968 los suizos tenían más del 65% de las ventas en unidades en el mercado mundial de los relojes y disfrutaban de más del 80% de las utilidades (90%, según algunos expertos). Por un amplio margen eran los líderes mundiales en la fabricación de relojes, muy lejos de quienes ocupaban el segundo lugar.
Sin embargo, en 1980 su participación en el mercado había descendido del 65% a menos del 10%. Su inmenso dominio de las utilidades había caído por debajo del 20%. Desde todo punto de vista, los suizos habían sido deshonrosamente destronados como líderes del mercado mundial.
¿Qué sucedió?
Algo muy profundo.
Ellos habían chocado con un cambio paradigmático, un cambio en las reglas fundamentales de la fabricación de relojes. El mecanismo mecánico estaba a punto de dar paso al mecanismo electrónico. Todo aquello en que los suizos eran buenos —la fabricación de engranajes, ejes y resortes— era irrelevante en la nueva concepción.
Y de esta manera, en menos de diez años el futuro suizo en la fabricación de relojes, que parecía tan seguro, tan provecho so, tan dominante, fue destruido. Entre 1979 y 1981, cincuenta mil de los sesenta y dos mil fabricantes de relojes perdieron sus trabajos. Y, en una nación tan pequeña como Suiza, aquello fue una catástrofe.
Para otra nación, sin embargo, fue una oportunidad única. Japón, que tenía menos del 1% del mercado mundial de relojes en 1968 (aunque sus relojes mecánicos eran casi tan buenos como los suizos), se encontraba en pleno desarrollo de la tecnología electrónica en el ámbito mundial. El reloj de cuarzo electrónico fue una consecuencia natural. Seiko lideró la acometida y actualmente los japoneses tienen cerca de! 33% del mercado y una participación equivalente de los beneficios.
La ironía de esta historia para los suizos radica en que la situación hubiera sido totalmente evitable si los fabricantes de relojes suizos hubieran sabido cómo pensar respecto a su propio futuro. Si sólo hubieran conocido la clase de cambio que estaban enfrentando: un cambio paradigmático.
Porque fueron los propios suizos quienes inventaron el movimiento del cuarzo electrónico en su instituto de investigación en Neuchatel. en Suiza. No obstante, cuando los investigadores suizos presentaron esta revolucionaria idea a los fabricantes suizos en 1967, la idea fue rechazada.
Después de todo, no tenía resortes, no necesitaba ejes, prácticamente no requería engranajes, funcionaba con pilas, era electrónico. De ninguna manera podría ser el reloj del futuro. Tan seguros estaban los fabricantes suizos de tal conclusión que permitieron que sus investigadores exhibieran su inútil invento en el congreso mundial de relojería de aquel año. Seiko le dio un vistazo y el resto es historia.
¿Cómo puede evitar el error cometido por los suizos? Piense que la industria relojera suiza no es la única que ha cometido tal error. Naciones enteras lo han hecho. Muchas sociedades y organizaciones lo han hecho. Muchas personas. Todos somos susceptibles.
La mayoría de las personas piensan en el futuro sólo como una situación que siempre está amenazando su seguridad, rompiendo promesas, cambiando las reglas, ocasionando toda clase de problemas. Y, sin embargo, en el futuro se encuentran nuestras mayores posibilidades. Nosotros no podemos cambiar el pasado aunque, si somos inteligentes, podemos aprender de él. Las cosas suceden solamente en un periodo determinado: el presente. Pero el “espacio” de tiempo en el presente es demasiado pequeño para permitir mucho más. Es en lo que está por suceder, el futuro, y solamente ahí, donde tenemos el tiempo para prepararnos para el presente.
Si podemos aprender a anticipar mejor el futuro, no necesitamos temerle. En realidad, podemos darle la bienvenida, abrazarlo, prepararnos para su llegada, porque una mayor parte de él será extensión directa de nuestros propios esfuerzos.
Tal vez no podamos discernir la dimensión exacta del futuro, pero mediante la exploración pueden obtenerse datos significativos sobre su probable contorno y dirección.
En realidad, debemos hacerlo si queremos comenzar a dar forma a nuestro propio futuro.
Y mientras aprendemos a anticipar, también aprendemos a ser más innovadores mediante el descubrimiento y la creación.
Como en más de una antigua tradición se ha observado: en el futuro usted pasará el resto de su vida. Y puesto que esto es cierto, ¿no sería útil tener mayor conocimiento sobre el vecindario antes de mudarse?

Sobre los Paradigmas (II)



Durante los últimos veinte años, toda la sociedad occidental ha vivido tiempos excepcionalmente agitados. Vivimos una época en que las reglas fundamentales, las formas básicas como se hacen las cosas, han sido dramáticamente alteradas. Es decir, lo que era conecto y apropiado a comienzos de la década de los años sesenta, ahora en la de los años noventa, en muchos casos es erróneo e inconveniente.

O, por el contrario, lo que era imposible, desquiciado, o simplemente no tenía cabida a inicios de la década de los años sesenta, hoy en día resulta tan común en muchos casos que olvidamos que no siempre fue así. Estos cambios drásticos son muy importantes porque han creado en nosotros un especial sentido de transitoriedad que genera una enorme inconformidad. Demos un vistazo a una lista abreviada de estos cambios. fundamentales en la tecnología y la sociedad:
• Los derechos civi1es.


• El auge de la administración participativa en los Estados Unidos.


• La pérdida de respeto por las grandes instituciones como la Corte Suprema, la Policía, el Gobierno Federal, el Congreso.


• La casi total desaparición del poder de los sindicatos.


• El surgimiento de la información como un recurso clave.


• El lenguaje de fuerte contenido sexual en la programación habitual de radio y televisión.


• La unión libre como sustituto aceptable para el matrimonio.


• La introducción de la interacción planetaria (todos los seres vivientes se encuentran interrelacionados, no hay cosas como un almuerzo gratis) como una forma legítima de percibir el mundo.


• El colapso de la energía nuclear corno una opción energética viable para los Estados Unidos.


• Una nueva apreciación de lo pequeño es hermoso y el rechazo de “lo grande siempre es mejor”.


• El terrorismo como una actividad cotidiana.


• El uso generalizado de la comunicaciones por satélite.


• La inflación rampante en los Estados Unidos durante las décadas de los años setenta y ochenta. 1


• La desaparición de la idea de que el crecimiento continuo es automáticamente bueno.


• La desregulación de la banca, las aerolíneas, las telecomunicaciones y la industria de transporte pesado.


• La gran cantidad de datos de intercambio a escala mundial por medio de los computadores.


• La pérdida de la posición de liderazgo de los Estados Unidos como el primer fabricante del mundo (de cámaras


• El “destape” de los homosexuales y otras minorías que de video, por ejemplo). antes estaban ocultas.


• Las cámaras de video.


• La fibra óptica.


• La nueva importancia del papel de la mujer en los negocios y en la política.


• El auge del uso de los computadores personales en hogares y oficinas.


• La conservación de la energía como una nueva actitud


• La biotecnología. en los Estados Unidos.


• Los republicanos diciendo que un gran déficit federal “está bien”.


• El movimiento feminista.


• La creciente necesidad de la televisión por cable.


• La gran cantidad de personas que realizan diariamente ejercicios aeróbicos.


• La desintegración de AT&T y la formación de pequeñas compañías telefónicas.


• Japón como fabricante de productos de la más alta calidad.


• Los teléfonos celulares.


• El colapso de las industrias de ahorro y crédito.


• El fax.


• El yogur “helado”.


• La música rap.


• La superconductividad a medianas temperaturas.


• El sexo seguro.


• El efecto invernadero.


• La gran cantidad de personas que sigue voluntariamente una dieta sana.
Podría citar muchos ejemplos más, pero el asunto es el siguiente: en los últimos treinta años se han producido cambios excepcionales en términos de alteración de las viejas reglas y regulaciones de nuestras vidas.

Ahora, permítame hacer algunas preguntas.

¿Qué sucedería si usted hubiera podido anticipar alguno de estos cambios?

¿Qué habría sucedido si usted hubiera conocido con certeza uno solo de estos grandes cambios?

¿Qué hubiera podido hacer con esa información?


Por ejemplo. ¿qué habría sucedido si usted hubiera anticipado el crecimiento de los computadores personales? Imagine que usted lo hizo en 1976 cuando aún era sólo un destello en los ojos de dos desertores universitarios. Piense en las Oportunidades de inversión que pudo tener.

¿Qué podemos decir sobre la inclinación hacia una alimentación más sana? ¿Quién hubiera podido imaginar que productos como el yogur serían tan populares?

Sin importar quién sea o o que usted haga, eso habría significado una gran diferencia. Cuando menos habría estado sometido a un menor “choque con el futuro”. O, por el contrario, podría haber ganado millones de dólares, incluso miles de millones de dólares, si hubiera tenido ese conocimiento.

Las posibilidades adquiridas por el descubrimiento de esta clase de cambios son grandes, puesto que estos cambios de las reglas no fueron presagiados por las tendencias. Por esto, para muchas personas, incluso (y, en algunos casos, especialmente) para los expertos, parecen impredecibles.

Estas clases de cambios en las reglas crean nuevas tendencias o alteran dramáticamente las ya existentes. Eso los hace muy especiales.

Aquí hay un segundo punto que debemos considerar: ¿Qué innovaciones en los productos y los servicios fueron desencadenadas por aquellos cambios? Sólo necesitamos mirar el cambio de actitud respecto al medio ambiente para comprender las implicaciones de esta pregunta. Industrias enteras han surgido alrededor del ambientalismo. En el año 2000 será una industria que moverá billones de dólares a escala mundial y ni siquiera existía en 1960.

Los cambios incluidos en la lista anterior no sólo generan nuevas tendencias, sino que además desencadenan cascadas de innovaciones que se mantienen durante décadas. Al conocer la naturaleza de tales cambios y cómo anticiparlos, usted puede adquirir posibilidades excepcionales para dar forma a su propio futuro.

Joel Arthur Barker